Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda, dice que recursos para enfrentar covid son 3,5% del PIB.
De caer -5,5 por ciento a crecer 6,6 por ciento: de ese tamaño es el rebote que, según Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda, podría tener la economía colombiana el año próximo. Es más, considera que esta recuperación, que para la mayoría de los analistas comenzó en junio, será el hecho económico más destacado durante el 2021.
El ministro hace un balance de las inversiones hechas por el Gobierno para hacerle frente a la crisis generada por el covid-19; se refiere al avance de proyectos importantes, como la conformación del Grupo Bicentenario, y a la importancia de empezar a discutir reformas que considera imprescindibles.
“Lo peor que nos podría pasar como país es una segunda oleada de la pandemia”, dice Carrasquilla.
¿Qué balance hace de la gestión del Gobierno frente a la pandemia?
La estrategia del Gobierno para enfrentar la crisis tiene tres frentes. Primero, recursos y políticas para atender la emergencia en salud pública, al que se han destinado 9 billones de pesos que han permitido, por ejemplo, aumentar las UCI de 5.800 en abril a 10.700 hoy y elevar la cantidad de pruebas.
Segundo, recursos y políticas para la emergencia humanitaria, al que se han destinado 13,5 billones de pesos; gracias a eso se ha llegado a más de tres millones de hogares con Ingreso Solidario.
Tercero, recursos y políticas para atender las consecuencias de la crisis sobre la actividad económica, laboral y empresarial, al que se han destinado 11,2 billones de pesos, y se han dispuesto garantías del 80 o 90 por ciento para créditos por hasta 22 billones de pesos; eso permitió pagar una parte importante de la nómina de las empresas más afectadas desde abril, ayudando a proteger unos 3 millones de empleos formales. Los recursos presupuestales dedicados hasta ahora suman alrededor de 3,5 por ciento del PIB.
¿Qué vislumbra, en términos de reactivación, para el año siguiente?
Hay práctica unanimidad entre los observadores económicos en torno a que tocamos fondo en el segundo trimestre; a que a partir de junio la economía está rebotando y a que este rebote será el aspecto más destacado de nuestra economía en el 2021. Desde el Gobierno creemos que el rebote el año próximo será de unos 12 puntos porcentuales (de -5,5 por ciento a 6,6 por ciento), y las proyecciones que he visto oscilan entre 8 y 13 puntos. Ahora, el grado de incertidumbre es enorme y probablemente todos estaremos revisando nuestras proyecciones.
¿Cuál es el plan para que los sectores más afectados y demorados en su reanudación de actividades arranquen con el mayor impulso posible?
Es un delicado equilibrio entre la actividad de estos sectores y la amenaza latente para la salud pública. Lo peor que nos podría pasar como país es que haya una segunda oleada de la pandemia. No creo que alguien tenga la fórmula mágica, hay que abrir la actividad y atender los negocios con mucha cautela, tomar las precauciones que los expertos recomiendan y esperar a que se desarrolle una vacuna efectiva.
¿Posibles reformas estructurales en lo fiscal, pensional o laboral podrían quedar para el siguiente periodo presidencial?
El país necesita esas reformas, de eso no hay duda. La deuda que tuvimos que asumir hay que pagarla, y vamos a necesitar más impuestos en el futuro. Nuestra tasa de desempleo e informalidad laboral son muy altas desde hace tiempo, lo que indica que a nuestras reglas del juego laborales les cabe mucha mejora; nuestra cobertura pensional es muy baja, y las erogaciones fiscales para amparar pensiones son muy inequitativas, es decir que al sistema pensional le está quedando grande la realidad del país.
Tenemos que empezar a discutir estos temas. Hay que facilitar la actividad empresarial en todas las escalas, proteger el trabajo formal y lograr más equidad para la población mayor. Ningún nivel de endeudamiento público es sostenible sin crecimiento económico, y un proceso de crecimiento económico fuerte es imposible sin un avance paralelo en indicadores sociales.
Si se usa parte de la Línea de Crédito Flexible del FMI, ¿cuáles son las condiciones de pago?
Estas son estándar para todos los países que tengan acceso a ella. Están publicadas en el portal web del FMI y varían en función del monto que se vaya a solicitar, calculado en derechos especiales de giro (DEG). La cuota de Colombia en el FMI equivale a DEG 2.044 millones, y el comunicado publicado indica la intención del Gobierno de desembolsar un valor de hasta 187,5 por ciento de la cuota del país.
¿Qué tanto impacto deja la pandemia en temas como la implementación de las recomendaciones de la Misión del Mercado de Capitales?
Hemos venido complementando las acciones de recuperación económica con medidas para dinamizar el crédito a las pymes, en línea con las observaciones de la Misión. Dos ejemplos en esta línea son el decreto 1235 del 2020, que habilita a las SAS a emitir bonos en el segundo mercado con una garantía del FNG hasta del 70 por ciento. Con ese mismo decreto ampliamos los montos de financiación a través del ‘crowdfunding’, un esquema novedoso mediante el cual se han venido canalizando recursos a emprendimientos. La coyuntura aceleró la digitalización en la economía y con ello la oportunidad de avanzar en otros frentes que señaló la Misión.